Aún podía sostenerme
Usaba los mismos zapatos
que los últimos 10 años.
Te vas, y no conmigo,
El río corre pero las piedras, no se mojan.
La vida se tornaba
aleatoria a su manera,
tal vez solo la mía,
mi cuerpo no era el mismo.
Los mil y un momentos,
ayer, hoy, mañana, el resto
y ese último día,
que pasamos juntos por cierto,
suspiré tantas veces por vos.
Recuerdo cada uno de ellos.
Recuerdo el gris profundo,
las señales dudosas, tenebrosas
cuando tu alma de a poquitos
sin que el frío y crudo invierno la presienta
penetraba en lo más profundo de la mía
y consigo, la llevaba lejos de este mundo.