Voy a naufragar para morir contigo
(no se puede morir y seguir vivo),
la luna se caerá y hará pedazos,
si no estás tú, ¡ya no la necesito!
Los pétalos de tu piel se secarán
y así ya nunca habrá más lágrimas,
para qué es llorar, si ni los muertos
atienden estas cosas secundarias.
Otra vez miraré para el cielo,
otra vez me quejaré, pero luego
todo seguirá como al principio.
Luego del amor y después del llanto,
más allá de la soledad y del quebranto,
ya no nos quedará otro suplicio...