Hay unos versos prisioneros
en las celdas de mi cerebro,
por eso escribirlos quiero,
porque así no quiero verlos.
Los versos rondando en mi mente
están en su punto de ebullición,
su génesis fue de repente,
hijas son de mi inspiración.
Allí están, dando vueltas
escondidos en mi cabeza
son solo ideas sueltas
sin una forma concreta.
Hay unos versos prisioneros
tras las rejas de mi cerebro
por eso con sobrado esmero
hoy a escribirlos me atrevo.
Mis versos como agua clara
mis vivencias habrán de reflejar,
hoy me están exigiendo alas
para lanzarse a volar.
Adiós, adiós, versos míos
disfruten su liberación,
salgan a recorrer caminos
en este mundo de Dios…
Adiós, adiós, versos míos,
hoy decreto su libertad,
salgan y abandonen el nido
y comiencen su eterno cantar.
---------------
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.