Me niegas la dicha de ver tu rostro una vez más
Sin pensar en la ansiedad de mi alma enamorada,
Fuiste tú, la razón de mis más bellas emociones
Y hoy te muestras ausente, sin pensar en mañana
Cuando ya sea tarde para hablarme de ti.
Mañana, cuando pase el tiempo y no pueda verte
Cuando el reloj de la vida, borre en mi tu imagen
Y una nube de olvido nuble mis sueños y mi mente,
Y quizás yo, sentada allí, en el sombrío jardín de los recuerdos
Pronunciaré tu nombre, pidiendo volver a verte.
Ya para ese entonces todo será en vano
Nadie sabrá si es recuerdo o desvarío,
Y tú quizás en otro Jardín lejano
Pronunciaras un nombre mirando al vacío,
Sin saber que ese es el mío.