Y el amor que transmigra
desde los brazos al pecho
que retumba en la sangre
y se retuerce en el seno.
Y el amor que no cesa
que se ruboriza y explora
que observa y se lanza
al vacío de la llama.
Y el amor que enternece
que se desentiende del tiempo
que inventa flores y llanto
que oculta lo evidente del alma.
Y el amor que crea solo
con retazos de cuerpo y carne
que suelta caballos desbocados
que atiza, enloquece y apaga.
Y el amor que no termina
de soltar globos al cielo
que nos hace sus siervos
y temblamos ante la flecha.
Y el amor es el amante
que nos desdeña en la sombra
que inventamos e imaginamos
dulce tirano, compañero.