Me dormí creyendo cerrar los ojos,
una vez pensando,
que la lluvia bajaba de sus escaleras,
y sus dormitorios sin escape.
Me dormí una vez pensando,
que el sol salia con mis ojos,
y la voz de la mañana corría con patentes.
Me dormí pensando en la noche,
que invita un centenar de ademanes dibujados,
y ojos de estrellas,
en donde se me hace posible estar,
a pesar que los labios convalecientes,
duermen en horarios distintos contigo.
Me dormí una y otra vez,
y debería haber visto tu foto en el faro,
que rasgaba tus labios,
con extensión a sonrisa definitiva.
Dormí pensando que los horarios distintos,
solo eran calumnias,
y no pensé que vivía bajo ese estado.
Humberto Velasquez J.
27/12/2014
10:01 p.m