Tarde gris que anuncias la noche, la fiebre del día va bajando.
Tus pupila se hacen enormes y yo sólo, tan solo a tu lado.
Tu mirada es perdidamente profunda e infinita y atrayente como el firmamento a los astros, tan llena de vida, bañada de amor cuando tocan mis ojos.
No caben palabras en el atardecer, es bello el momento que se baña y se viste de tí, no existe nada más hermoso que tú, sonriendo; caé tu sien sobre mi pecho para escuchar como mi corazón canta por ti en cada latido.
El aroma es perfecto, la tarde es gris, pero tú eres perfecta.
Hembra amada llamada por mis suspiros, que te crees no querida cuando más te amo.
Eres tú la simbología de mis amores y todos mis sentimientos, por ser tierna, dulce, amable, amádamente toda de mi.
Estamos junto.
¡Oh gran amor mío de dulce presencia!
Llenas toda esas cosas que estaban pérdidas.
Estamos juntos, uno al lado del otro y a pesar de estar conmigo, cuanto te pienso, amada mía.
Marc Téllez González