Vivo en tus horas,
pernocto en tus minutos,
dulce soñadora
de románticos frutos.
Surge la necesidad
del amoroso encuentro
y se hace una eternidad
enlazar nuestros cuerpos.
Oh pasión desenfrenada
horas sin minutos ni segundos,
esconde tus sueños en la almohada
en donde siempre los busco.
Mundo de infinitas emociones,
almas que vibran a diario
cuerpos que entre sensaciones
quedan como tatuados.
Oh mujer de ansias mil
de amor que tierno se desgrana
sonríe y sigue feliz
y ya veremos que pasa mañana.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela