¿Que podría escribirte
sino cartas de amor, mi niña linda?
Yo no sé nada y lo que sé
no sé cómo decirlo.
Algún día te invitaré a abrazar un árbol,
a decidir caminar aunque vayas lejos y más lento,
a tomar caminos inciertos retando al miedo de perderte,
a sentir la música con los ojos cerrados,
y a probar el placer de desobedecer al mundo
y esa será mi herencia:
un cúmulo de sensaciones indecibles.
Y, claro, muchas cartas de amor, mi niña linda,
porque ¿qué podría escribirte sino cartas de amor?
JCEM