Ayer, ayer caminaba de la mano con ella
Los árboles nos veían y susurraban,
Se contaban nuestro amor en melodía,
El aire nos pasaba por la espalda.
El fuego de ese día fue majestuoso
Acogía nuestros cuerpos en el nido
La luna se ocultaba de vergüenza
Tan fino, tan lindo el canto
De los pinos esa noche.
Como no recordar su blusa blanca
Que adornaba su inocencia
Ese día, esa noche, la noche
Se me venía al alma y recordaba
Las tantas veces
Que en mi mente yo la amaba.
Sus ojos, mi alrededor, el cielo
Y sus ojos, eso era todo.
Los árboles nos veían y susurraban
Pues noches como esa
Su piel y la mía fueron dos, también una.