Día convirtiéndose en noche,
quema el borde de mi alma.
Por la noche,
yo me vuelvo luminosidad.
Se apaga el fuego,
se deshacen mis huesos.
La oscuridad
me corta el aliento,
destroza mi lengua.
Ojos ciegos,
sonrisa blanca;
sonámbulo
vago por la oscuridad,
mirando la luna;
mientras la noche
se apodera de mi alma.
Al amanecer,
la luna se oculta
aterrada por la luz.
Cuando se va,
se lleva mi alma.
Cuando desaparece,
me deja solo.
El sol va saliendo,
y mi cuerpo se desvanece.
En su punto más alto,
anuncia que es de día;
ya no hay nada que hacer,
nada que decir.
Me siento débil,
el fin ha llegado;
ya no me queda nada,
la noche ha acabado