Me rendí a tu cariño.
Yo ya no puedo olvidarte,
el tiempo me dará la razón;
no me cansaré hasta amarte,
pues tú tienes mi corazón.
Y es que tú me enamoraste,
tus caricias me rindieron,
con tu mirada me acabaste
y tus ojos amor me dieron.
Ya no busques quién te quiera,
tu ilusión pudo hallarme;
si a tu lado yo estuviera,
no te cansarías de amarme.
Fher.
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