En nuestra entrañable cultura común, “La Navidad” y el “Año Nuevo
se apoderan sin piedad de nuestras almas
con tiernas y profundas emociones,
con el calor y el color verde-malva del deseo y… la nostalgia.
¡Ay el deseo, ay la nost-algia! ¡Qué nos gusta y cuánto nos enternece
ese bello y penetrante dolor, algia del recuerdo!
Un año más que se va, una parte de nosotros
que se va y no volverá, quiero decir…
Y un Año Nuevo que nos renueva
de ilusiones y de magia,
igual (o más aún) que como cuando éramos niños.
Y yo pregunto: ¿No es esto lo esencial?
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