destilan amarguras las penas de mi alma,
y el licor de mis días va agotando mi suerte,
Embriagando mis sueños las horas de cerveza
derramada. Y brindando con la muerte,
le reclamo que se quede tan callada,
al echar sobre la mesa los naipes de mi suerte.
Se me enturbia la mirada y se
que otro trago de este vino tan amargo,
Será el final de otra noche de embriaguéz,
y perdición. La rockola está tocando , sin embargo,
van mis ultimas monedas por \"La Ultima Canción\"
Otro sorbo de licor y mi destino,
habrá marcado en su reloj la madrugada;
son las tres de la mañana y ya no hay vino,
pero aun queda cerveza bien helada,
para no perder el tiempo en el camino,
ni sentir cuando se apague mi mirada.
*****
Fin