Días felices y contentos.
Malos días, menos buenos.
Unos cuando no la veo…
los otros cuando la siento.
Mi mente está confundida,
apenas puedo apreciar
esos detalles que ocultan
su terrible realidad.
Cuando más contento estoy
al lado de mi “muñeca”,
aparece su fantasma
que despierta mi tristeza.
Me destroza sin piedad…
le duele que yo esté bien
(el día que no aparece)
al lado de otra mujer.
Conseguido lo que quiere
me deja sin rechistar.
No hace ni una llamada
(al contrario que esos días)
si huele felicidad.
Entonces nacen en mí
preguntas sin contestar…
¿Por qué si tanto me ama
(como dice) me crea tanta maldad?
Escrito en Mazagón el 7 de noviembre de 2014.
(ermanue) —