Ahí viene difunta
la soledad eterna en su misterio,
en mi dolor se junta
como real imperio
y, como flor de un triste cementerio.
Silencio de estampida,
llantos de sanguijuelas muy hambrientas
que bebiendo mi vida
muere de lides cruentas,
¡ayes! en mis rasgadas vestimentas
Mueren estos castaños
de negrura y dolores cual soldado
que sube sus peldaños
para augurar su dado,
túmulos de lamento y, no fue amado!.
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John Morale Arriola