Cuando quieras buscar a Dios
no te pongas ropas lujosas,
Él ama a los humildes,
quiere tu alma… no tus cosas.
Cuando quieras que Él te escuche,
ora sin cesar y con sinceridad,
no tardarás tanto en recibir la respuesta,
Él no se hace esperar.
Si amas de verdad Él lo sabrá,
un padre conoce a sus hijos
hasta en la forma de caminar;
entonces, que tu andar sea prolijo
y recta tu manera de actuar.
Cuando busques a Dios
derrama tu alma,
abre tu corazón en palabras,
reconoce tus errores,
no le quieras engañar,
Él te dará lo que precisas… más la paz.
Él es tu Padre, tu amigo,
y, ningún hijo necesita protocolo
¡para hablar con su Padre Celestial!