¿Quién con su dedo se atreverá a señalarte
porque has llegado a sentir lo prohibido?
¿Acaso el mismo que amor prometió darte
y después lo único que te dio fue olvido?
¿Quién sabiendo tu pecado se hará juez
y será capaz hasta de dictarte sentencia?
¿Osará declararse inocente una y otra vez?
¿Dirá que nunca le molestó su conciencia?
Te sentiste invadida por un extraño sentir,
en la ausencia triste de otros sentimientos.
No sabemos todo lo que nos tocará vivir,
ni sabemos cuándo soplarán los vientos.
Hay algunas cosas que son impredecibles,
por muy prohibidas e insólitas que sean…
cosas de la misma vida las hacen posibles
y nunca lo que los demás opinen o crean.
Hay pecados que quizá un día los cuentas
y otros tan íntimos que jamás has de contar,
así como hay sueños que tú misma inventas
y ¿quién puede prohibirte tu derecho a soñar?
Hay cielos que tú misma tuviste que crearte,
porque el encargado de hacerlo no lo hizo…
Por eso, por pecar ¿quién puede culparte?
¿Quién en su vida, pecar una vez no quiso?
No siempre controlamos lo que sentimos,
no siempre para el sentir queremos control;
ya lo ves, hoy vivos y felices amanecimos
y aunque es el culpable, nadie juzga al sol.
Hay en ti besos tal vez que eran prohibidos,
como en un jardín, flores que no deben estar;
nadie decide qué perturba o no tus sentidos,
es tu primera piedra… tú la debes lanzar.
Al final, prohibido o no, todo eso es amor
y de que lo puedas sentir, ahora me alegro;
algún día Dios te dirá que le pusiste color
a tu mundo porque estaba en blanco y negro.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
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Twitter: @poreros
Publicado el 3/1/2015
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