Jueves 18 de febrero del 2010
Nicole Del Río
Hoy recuerdo a mi madre, llevando sandías de un lindo sandial,
Ella vendía rebanadas de sandía, pero de corte singular
En su finura alargada de pies a cabeza, así la mostraba
Cada rebanada llevaba completo el corazón.
Todo compartió por completo y en abundancia
Así llenó su vida cuando lo pudo hacer.
De recuerdos tengo llena la memoria,
Como cuando le regalaron su primera muñeca.
Era una linda muñeca de sololoy
Así la llamaban entonces.
Se la había entregado en una dádiva social
Una de sus tías, que la había reconocido.
A la sobrina olvidada, con una madre de orgullo.
Me decía era una muñeca de yeso,
a la que confeccionaba distintos vestidos,
con remiendos de sus vestidos viejos.
Ella deseaba todo y a la vez nada,
Porque la pobreza en que vivían
Le negaba pensar en los reyes magos,
Aún siendo hija del hombre más rico del poblado
De su vida completa, fue formidable en
En la narración de sus crónicas
Que me dejaba completamente atenta
A la escucha de sus letras y metáforas sabias.
Ella me enseñó a coser unos costalitos
Y en tres puntadas distintas,
Lo que una maestra nunca pudo hacer
Ella en poco tiempo el milagro logró
Su recuerdo me lleva a tu lado,
Saber que llenan cada espacio de mí.
Hoy decirte que llenas de ilusión mi presente.
Al darme esas primeras letras,
Saber tomar con sabiduría y gracia,
Con un sabor más gentil
mi pasado-presente
Plasmándolo en el corazón,
En cada espacio del alma.