La estrella iluminante de mis madrugadas azules
El trueno retumbante de tus rabietas descaradas
Mi ira desarrollada antes que tú la anules
Y tu sonrisa arpía, pícaramente enmascarada
Son canciones lanzadas alegremente a los vientos
Generadas de lo más profundo de nuestros sentimientos
Subidas a nuestro particular internet de los recuerdos
Flotaran ahí y surgirán cada vez que seamos lerdos
Lerdos para enamorarnos diariamente sin medida
Para encontrarnos entre las blancas sabanas cada noche
Y los abrazos sean un bello laberinto sin salida
¡Para nunca soltarte y de los besos hacer un derroche!
Sé que prefieres que en lugar de siempre te diga nunca
Y que por las mañanas mis besos tibios te despierten
Que prefieres la oración a una palabra bayunca
Y que a tus escalofríos mis caricias los despierten
En ese algodón sedoso que tu piel trigueña resguarda
Aroma sabroso disfrutable hasta que la nariz arda
Así aterrizaran mis más sublimes caricias obligadas
Por el amor que despierta en mí, mi bella mujer amada