Lloran tus amaneceres
en pasmosa melancolía,
la tierra viste de rojo,
y parece que no hay vida.
Todo luce en gran pobreza,
gigantes de trajes rotos,
sopla tu gélido viento,
acariciándome el rostro.
Como un beso tierno y suave
que despierta los sentidos
y pone la hoguera en calma,
cual recuerdo en el olvido .