Una justa medida
propiciada por la circunstancia
un momento que ha llegado
luego de haber deambulado
de haberse calcinado en un recuerdo
o escondido de un lamento
un cofre olvidado en el cementerio del tiempo
oxidado muy dentro.
Hay un tiempo para todo
y de eso no rehuyo descontento
aquella conexión que nos trajo
este sendero viejo.
¿Cuántas pisadas debí dejar?
circundar el mundo con un hilo
descifrar cada uno de los misterios
pero incluso el tiempo es esférico,
no cae, aun cuando el letargo
implota las posibilidades
y envenena la mañana,
hoy y ayer; vuelvo
en aquella nube que cobra momentos
que se esparce antojadiza
que imparte sabiduría,
que otorga
porque somos libres,
porque elegimos como volar
y el viento no existe
en el lienzo de ningún mortal
ni un tiempo.