Para calmar un corazón roto…
Me tengo que alejar de ti, no porque me hagas daño, el daño te lo causo yo. Tu esperas que sea un mundo, pero no puedo serlo, aunque te reconozco que trate de ser tu tierra firme y que tú seas mi cielo.
Y cómo la ley física dice: “La tierra firme y el cielo nunca podrán tocarse”, estamos juntos per nunca podremos estar completamente unidos, tú necesitas a alguien que sea como una nube, para que este siempre a tu lado y te de la compañía que mereces. Yo no puedo ser lo que necesitas, porque tú no eres lo que necesito.
Si quieres que sea feliz, se feliz.
Tu dices: “Mi felicidad está a tu lado”, no, no es cierto, todo este tiempo solo ha sido una ilusión, en la que mentíamos a tiempo, haciéndole creer que estábamos construyendo un nuevo tiempo, nuestro tiempo.
Pero a hora, después de pensarlo bien, el último beso, tan sincero y cálido, fue lo que sello la ilusión y nos golpeó, bueno, me golpeo de frente y vi que el tiempo termino.
De verdad, nuestro tiempo termino, ya no te puedo ver a los ojos, no soporto la culpa de que cada beso, te arrancaba un pétalo de tu corazón y cada caricia a tu cuerpo, mi mano se lastimaba con las espinas de mi duda.
Yo ya no soporto más el dolor y la sangre que derraman mis manos, me estas dejando muy débil, pero lo que menos soporto es que te estoy dejando sin pétalos, eso sino me lo puedo perdonar.
Te mataría, si sigo tomándolos y antes que eso suceda, me aparto de ti, aunque se que las lágrimas, que derramaras por mi te lastimarán, también regarán esa flor y volverán a brotar de nuevo, esos pétalos que desgraciadamente yo arrancaba.
Pero como el sol del amanecer, volverás a brillar, tus pétalos volverán a tener ese único color arcoíris. Y para mí, solo me voy de tu, sin tormentos y con alegría de haber tenido grandes amaneceres juntos.
Me quedo con el recuerdo que tengo de ti, de una sonrisa que siempre se quedara en mí.