Managua, 5 de enero 2015
¿Qué haré en esta madrugada de coral sangriento?
Espiralizarme hasta el cielo buscando tus rimas
navegando yo como capullo abierto a las caricias.
(Ella)
Sube, asciende y en el infinito de las rimas y las poesías,
se perderán amando y volando tu vida y la mía.
Volverán las aves a retomar el vuelo y los cantos,
sus cantos, se unirán a mi canto para encontrar tu verso.
(Él)
Ascenderé en mi madrugada
hasta el umbral de tus poemas
y así me adueñaré de tu esencia de poeta .
Cruzaré el umbral de tu poesía
retomando nuestros vuelos,
seremos aves desconocidas
navegando hasta el infinito del cielo
y atropellará tu pluma todo el universo
porque naciste poeta
y vives engendrando versos.
(Ella)
Y crearán mis versos nuevas formas de amar,
y lograrán mis versos, tus mejillas sonrojar,
brotará tu risa y cual profunda caricia,
calará profundo en mi corazón y
te llevarán mis versos, en pleno vuelo,
mi eterna esperanza de amor en esta canción.
(Él)
Al elevarme y encontrar tus versos
probaré una nueva forma de amar
un nuevo placer en cada estrofa al volar,
mi corazón y mi piel serán nuevos capullos
abiertos al sabor de tu rimar,
porque es verano que abrasa en ese sol de mediodía
el dulzor de tu poesía.
Cuando encuentre tu verso ese día...
(Ella)
Ese día será un nuevo día, sin horas empujándose,
será un día eterno al ardor de nuestros besos.
El cielo será claro, ¿y el viento?, será fresco y
cantará tu nombre con su silbar sonoro y
las copas de los árboles se tocarán sus bordes.
Oh amor, amada, todo será amor, pasión, desborde.
Ese día, ese nuevo día...el día de los dos.
(Él)