Y hemos dejado la tina,
nos convertimos en caricias
de agua hirviendo de impùdico sacramento
nos tomamos al tacto resbaladizo
toda anuencia sìn prohibiciòn...
Cada caricia, suave trazo
tù hùmeda silueta, hechizo de mì firmeza
de posturas sìn rechazo, al deseo entregados
entre el vientre y los labios
instauramos las caricias...
Desnudos en celo, en tiempo muerto
miradas de fuego, nuestro lenguaje mudo
sobre el hombro, clavas tù boca
tus manos forzan mì cadera
al jadeo insaciable de tù vientre...
Y comparecemos frente al tocador
tù imagen es ìntima espalda empapada,
mì rostro el màs provocado por tus placeres
te nombro, me nombras al ultimar !!
JEROMA