La gota cae débil transeúnte del tiempo,
la mano rodea el contorno,
el paisaje es cómplice del momento,
la hoja que cayó con el viento del otoño.
Preciso instante en el que cayó danzante,
así posándose en la pupila obscura y cristalina,
acompañada de historias pérfidas volvía a mirar
de misma forma otros ojos.
Creyente del silencio deja sus ideales,
se atrevió y acepto el reto de medusa,
para quedar frente a ella una eternidad.
Alarmante tristeza que evade tan bien distracciones,
llévame contigo porqué no hay razón para felicidad.
Mi sentido pésame al sentido, adiós a la racionalidad,
contigo existen fantasías, sueños y nada más.