Penas del bosque,
lágrimas de madera
lloren guitarras.
El àrbol tiene el destino
de algùn pàjaro cantor
y el pàjaro tiene un nido
para cantarle al amor.
Pasò el vendaval un dìa,
¿Quien sabe cuando pasò?
El viento deshizo el nido
y el pàjaro se volò.
Ya no proyecta la sombra,
la tormenta lo tumbò
y una sierra con mil dientes
lo convierte en un tablòn.
Pero llevando el recuerdo
de aquel pàjaro cantor,
toma forma de guitarra
y su destino cambiò.
¡AY quien pudiera ser àrbol
donde un pàjaro cantò¡
Y volar hecho guitarra
para cantarle al amor.