Un silencio que me asfixia como agua en mis pulmones, un silencio que me causa pánico y miles de emociones.
Un silencio que me grita soledad en las noches mas oscuras que ansian tempestad, un silencio que me acompaña y me tortura cada día una vez mas.
Un silencio que susurra mis mas tristes recuerdos directo en mi oído, haciendome saber que las heridas siguen aquí y no se han ido.
Un silencio que me paraliza y amarra a mi cama, un silencio que saca mis lagrimas haciendo apagar la llama.
Un silencio infinito, definitivo, pacifico, que en su muda sinfonía y en verso me canta la agonía y me describe el universo.
Un silencio que me hace cuestionar la existencia, un silencio que esta aquí y no puedo sentir su presencia, un silencio malvado que me quito algún rastro de inocencia.
Un silencio demente que me enseña las mas insanas locuras, un silencio que me maltrata con una delicada dulzura.
Un silencio que me ciega y no me deja ver la belleza.
Un silencio abrumador que juega con el vacío de mi interior y con mis ganas de gritar.
Mañanas teñidas de silencio que me llenan de sabiduría universal que me dan paz al ver el cielo invadiendo mi mente y enmudeciendola dándole una nostalgia con un marco de felicidad que brilla tenue mientras dura, este silencio bipolar que me llena y me vacía cargando culpas que nunca fueron mías.