Bajo mis ojos
El corazón era una página en blanco
Donde la vida garabateaba
Con la fuerza
De mi inocencia y hombría apenas despuntada
Escribía en su piel cartas de sueños y anhelos
En ese corazón
Las páginas en blanco
No existía ningún trazo
Que tus ojos me hicieran imprescindibles
Que le dieran un motivo de existencia
Arrojaste su cuerpo
En una noche fría
Al abismo de esa muerte tan deseada
Inmolando cada sueño
Los días en ese blanco corazón
Fueron profanados
Por los besos etarios
Por la lluvia,
Por el barro desencadenando
La marcha fúnebre
De hormigas negras
Trazando caminos a la nada
Me ahoga el silencio su muerte
En esa noche lúgubre
Donde muero bajo la lluvia
Muero entre aquellas páginas blancas del corazón…