La tarde es pálida
y las horas espesas.
¿Donde esta tu silencio?
El mismo que embalsama mi pena.
¿Como resistir la corriente caudalosa del deseo?
Ese que me pide guardarte entre mis brazos,
como una diadema bajo cerrojos,
y no soltarte hasta llegar a ser única piel.
Escribo y escribo..
Mi voluntad inquebrantable hasta vos.
Y en vos respiro,
y muero,
y me levanto una ves mas,
para zambullirme en cualquier musa
que me devuelva tu imagen.