Quiero contarte un relato
con los ojos cerrados
la piel más tersa que nunca
el olvido lejos
y las manos cerca, abiertas,
llenas de palabras.
Ante todo, el sueño que se cumple
la sonrisa que se alcanza
las hojas cubriendo nuestros rostros húmedos
de lágrimas bien lloradas
por amores bien amados.
Si llegamos a vernos más allá del cielo
sabremos a ciencia cierta que dejamos
las puertas abiertas
para regresar
a cualquier hora
a cualquier sitio
donde nadie nos vea.
Quiero que brindemos
por las almas, porque las tenemos
y nos abarcan
y nos consumen,
más que brindar, gritemos
a la vida y al destino
que llegaron a tiempo
para juntarnos
para vivirnos
para juzgarnos culpables
y condenarnos
y redimirnos.
Somos el fruto
de todos nuestros males
somos el canto
de la lluvia y la nieve
que no se han conocido
más que en sueños,
cuando se tocan
y se malgastan
sin importarles nada.
Recuerda, recordemos
hazme recordar, entonces
a qué vinimos,
por qué nos vamos
y si todo sucede
cuéntame de nuevo un relato
que nos mencione apenas
para decirle a tu nombre
que nazca de nuevo en mí.
Carlos Alcaraz
30/12/13