Me sorprenden esos besos en aquella mañana
tan linda y fresca como tus suaves abrazos parecidos
a la ceda más blanda de alma recorriendo el corazón
acelerado del amor entre los límites del tiempo…
Tus caricias cubren las extrañezas indistintas
que he pasado por ti en mis pensamientos inquietos
en esos momentos deseosos de tan solo amarte para quitar los dolores
surgidos de la distancia y solo deseo apretarte entre mis brazos…
El dulzor de tu voz exclamándome en nuestro silencio
mas intimo para los dos del ¡Te amo! Doblegan mi alma
para activar mi pasión a más de una milla sobre tu blanco
y hermoso cuerpo de mujer inquieta por el amor…
RIVAS JOSE