Construcciones de madera o cartón,
pelotas de hule y cochecitos de latón,
libros de cuentos y manuales de magia,
muñecos de héroes llenos de audacia.
Los juegos que jugaba de niño,
las risas, los cantos y mis amigos,
los moretones y las cortadas,
las travesuras y bromas gastadas.
Nada ha quedado en el olvido,
están escondidas bajo mi barba,
porque son mías las llevo conmigo.
A veces observo la preciosa carga,
en mis adentros vuelvo a ser niño
y ya no hay penas, problemas, nada.