Los ritmos insurrectos de la sangre
que varían de compás y de hembra a cada paso.
Conflictos de la carne al sopor de la noche.
El caribe no tiene nada de poético.
ni su mar ni las olas navegantes ni la brisa veraniega....
ni aquella mujer atada a tus costillas junto al malecón.
El tráfico de esta caótica ciudad que no puede más
que parecerse a su misma noche y sus gentes
en pos de pausas taciturnas que se acortan cada tanto.
El caribe siempre tiene algo de predecible
pero tiene mas de niebla y ruleta
mas de abismo que de poesía.