Tú me enseñaste a mirar
a través del espejo,
a dejar mis temores atrás,
a mirar en lo profundo de mis ojos
que aún tengo mucho que dar.
Me hiciste creer que mi piel es joven,
que aún te puedo incendiar,
que llevo dentro de mí pasiones
que te pueden poner a soñar.
Tú me enseñaste a mirar en mi rostro
que puedo otorgarte paz,
que mi corazón puede ser un tesoro
y te ha llegado tanto a amar.
Y es en ese mismo espejo,
donde tu imagen se refleja
tras de mí,
me haces sentir tus besos
y tu aliento vibrar para mí.
Y es el mudo testigo
de nuestros encuentros de amor,
me recorren tus dedos
liberando en mí tu pasión.
Tú me enseñaste a mirar
ese mágico espejo,
como un nido de nuestro amor,
ato una a una mis sensaciones,
sintiendo así tu calor.
YOLANDA BARRY.