Despreocupen por mi cuerpo
que mi alma ya grabó su aporte,
en libros inmemoriales
sobre mi acción de hombre.
A mis amigos encantados
que reciban este acorde,
que signifiqué en vida
cosas buenas y desorden.
Esta patraña de vida
argumenté desde el borde,
de mi suciedad injusta
de mal que me absorbe.
Ya tiempo pasado
es la hora que conforte,
a mi madre y a mis hijos
que he dejado sin soporte.
A mis amigos sólo brindo
alternativas cuneiformes,
la melodía triste
de la poesía post-mortem.