En un silbido de flauta regresan tus imágenes, tu voz completa la tonada y la suavidad de tu andar hace su danza. Se adorna barroca la tarde, si recuerdo tus cabellos al viento. Y entre cada nota encuentro tu voz desesperada, cortada, jadeando, bañándome en tu aliento.
Vivo tocando junto al fuego, soplo cada letra de tu nombre y en la última nota el fuego palidece, junto a mi alma cualquier hoguera no quema, lo que arde es la estrella que encendiste en mi con tu primera entrega.