Hay! Deleite en mi pecho, entonando una canciòn,
Suspirando yò muy fuerte, con mi alma de cantor,
Rugiendo con voz ronca, disonando al oìrse,
Aclarando mi garganta, y avanzando al coplar.
De repente me doy cuenta, que no canto ni entono,
Que mi voz no responde, ni se presta a deleitar,
Solamente Desentono, y angustia yo advierto,
Que destruye y entierra, mi esperanza de canturrear.
Voluntad en mi ensayo, corazòn en mi deseo,
Me inspiro en el cielo, sus estrellar, y en el mar,
Alegrìa y entusiasmo, yò, desbordo de emociòn,
Gozando con cariño, al tararear de un bandoleòn.
Sorprendidos mis instintos, se aplacan y lamentan,
Poniendo a mis labios, en descanso sin virtud,
Y a mis dedos que simulan, el palpar de una vihuela,
Los evocan al silencio, y èsta idea a quietud
.