Donaciano Bueno

Morir de amor

El creyó morir de amor y entre sollozos

suplicándo fue acercándose a su amada

¿por qué es que ya no me quieres le imploraba,

en baño de sudor postrao de hinojos?

 

Era en la noche y el hombre se encontraba

predispuesto a recoger ya los despojos

cuando, ocurrió en un abrir y cerrar de ojos,

que elevando la cabeza no vió nada.

 

¡caray con mi mujer, a donde se habrá ido!

¡vaya! ahora, mis esfuerzos se han perdido,

¡si no me escucha de qué sirve llorar!.

 

¿Por qué siendo ya mayor no habré aprendido

que los lamentos carecen de sentido

si alguien no existe que los pueda escuchar?

 

Los susurros que atraviesan mar incierto

no atienden ayes que vagan por el mar

no intentes, pues, predicar en el desierto.