Qué manía más absurda se
está adueñando de algunos,
cambiando frases muy bellas
por auténticos rebuznos.
Mezclan churras con merinas
sin buscar explicación alguna,
confundiendo velocidad por tocino
igual que el sol con la luna.
Ya no existe novio o novia
ahora todos son parejas,
lo mismo se catalogan
los calcetines y los zapatos,
que las manadas de ovejas.
El matrimonio ya es lo mismo
entre dos hombres o dos mujeres,
como se hacen por parejas
da igual que sean maromas
o parejas de lebreles.
Aunque parezca mentira
los nombres son muy importantes,
no por las letras que llevan
si no por lo que estas encierran
cuando las tenemos delante.
Esposo y esposa han sido
palabras de tal belleza
que nunca podrán cambiarse
por costumbres ni vilezas,
haciendo creer al pueblo
que lo mismo son dos plátanos
que una pareja de almejas.
Menos mal que mis queridos padres
esto de ahora no lo pensaron,
pues de lo contrario mi madre
en lugar de ser Consuelo,
se llamaría Genaro.
Joanmoypra