el susurro del fuego estuvo presente,
el mar inmenso, intenso estuvo allí
encontrando un camino iluminado:
el sentimiento hallanó sus almas,
caminos perdurables- superables,
ilusiones concluidas en amor
las caricias fueron simplemente
un paso a la esperanza,
mientras el mar oleante llenó
con su música acariciante
los sentidos;
y un halo al rededor de la luna
llenó de embeleso
el estado nocturnal
de aquellas almas.
martina.