Usted querido ajeno mío, ahora! Su nombre aún me suena dulce...
Eternamente en cuatro años usted se halla presente en mis plegarias,
y el suspiro más profundo se va con el recuerdo de sus besos, tan delicados, tan infinitamente míos.
Oh orgullo infame que me gobierna, haberme alejado del mas hermoso sentimiento,
tan efímero el tiempo juntos pero suficiente para que seas inolvidable.