David Arthur

La cola

 

 

¿Está haciendo cola?

Me preguntó la señora mayor,

con una mirada de impaciencia

y los ojos bien abiertos,

en espera de una contestación inmediata.

 

Contesté afirmativamente

con una inclinación de la cabeza

y un “si\" 

 

¡La cola era yo!

 

Mi presencia solitaria en la parada de autobús

se terminó abruptamente con su llegada.

Permanecimos en silencio;

ella ordenando su bolsa de compras y el paraguas,

listos para el ataque inminente.

Y yo, con solamente un vistazo a mi reloj,

dándome cuenta, que el autobús ya llevaba cinco minutos de retraso.

 

¡Aquí viene! Exclamó la vieja;

sacándome bruscamente de mis pensamientos mundanos.

Con una rapidez bien planificada,

y con una agilidad asombrosa,

ella subió al autobús;

tomando para sí, su derecho femenino a entrar primera.

 

Su “ coladura ” inocente, me dió risa,

y entré en el autobús, saludando a los demás pasajeros

con una cara sonriente.