En el delgado atuendo dimensional
estriba el misterio astral
de tu existencia…
La sinfonía de tu cuerpo dormido
secuestra mi voz
y el color danzante de mis violines
recoge de los confines de tu Luz
su ceremoniosa caída…
Recorro los paisajes coludidos
con el respiro dulce de tu imagen
y ataviada de su brillo
acude la prístina canción de mi alma…
Retazo del tiempo aprisionado
por el tatuaje de tu silencio…
El cristal de tu sueño
juega con mis cicatrices
y en la frente se me clava
el tintineo salvaje que me dirige…