En el silencio de la noche te siento tan cerca, te acurrucas y dejas como hola posar tu cuerpo en mis playas sedientas. Deslizas sobre mis sentidos tu veneno embriagante, tortuoso de placer, deseo y carne, sudor y sal. Mis sentidos se hacen tuyos y mi piel se adhiere a lo torpe de tus manos y en nuestras bocas luchan a muerte dos peces tratando de ganar. Te siento tan cerca que no distingo nuestros límites somos un sólo latido, un sólo suspiro, un sólo trotar. Te siento tan cerca, que por momentos creo que eres real.