juan sarmiento buelvas

AMOR EN TIEMPO SUPELMENTARIO

 

 

 

Tus labios se quedaron con el aliento de esos besos escondidos

en las tinieblas de la noche en que el deseo me llevo  a tus brazos

 

Tu belleza y tu aroma oculta, te hizo  blanco de la sociedad

Que te comparó  con la flor de la amapola

 

Tu cuerpo de mujer suplente, sintió correr el sudor que brotó

bajo el temor de  ser descubierto.

 

Tu intimidad anidó el potencial masculino

de jugador atrapado en  dos categorías.

 

Libré partidos en  encuentros escondidos

donde jugué  con el uniforme de visitante

en cancha  de grama artificial         

distante  de la titular.

 

Participé como jugador prestado,

furtivos partidos en el  extra tiempo  de noches sin velas.

 

Empapé mi cuerpo sin camiseta ni guayos                                    

en clandestina cama neutral,

libré segundos tiempos en fuera de lugar

con el  amado fantasma de lo prohibido,

donde el pecado de un amor escondido

sería la falta a pitar por el arbitro

para satisfacer una tribuna obnubilada

de moralistas espectadores

que presumiendo de puritanos          

exigieron  tiro  penal y expulsión.

 

Expulsión de una sociedad

que no perdonó una falta al séptimo mandamiento

en un público abarrotado de espectadores

detrás de una careta de jueces del pecado carnal