¿Sabrá usted cuanta molestia me hace
su sóla existencia en este planeta?
Quizá no sea condescendiente ni cordial
mi palabra.
Pero usted llega a tomarse atributos
¡Y no lo toleraré!
Alberga dentro de mis pensamientos,
de mi sistema límbico.
Su actitud me da náuseas,
me provoca rechazo.
Odio hasta esa verruga ruin que me gustaría
arrancarle con un alicate.
Quisiera que dejara este cuartucho en su miseria
a solas, con su suerte.
Tengo otros huéspedes que estarían
mucho mejor ubicados sin usted
escarbando en las memorias.
Se le acusa de haber registrado asuntos
impropios.
Se le acusa de cometer imprudencias,
incitación al odio,
ruidos molestos que causan insomnio y angustia.
¡Esto es un desahucio!
¡Fuera de mi vida!