Querido ángel oscuro:
Sentí como se desfallecía mi alma al romper el conjuro,
Cayó el último pétalo de rosa y la dejó al desnudo,
Mi corazón dejó de palpitar... se volvió mudo...
Nudo que siento en mi garganta,
Tanta tristeza es la que me atraganta,
La mitad de mi alma se ha extinguido,
Con sus fotos y sus letras ha desaparecido,
Morir de esta manera en el pozo del olvido,
Morir por lo que tanto hemos querido...
Es morir con decencia por lo que hemos sufrido,
La esencia de este amor no se dará por vencido,
Ahora consternado por el gran dolor,
Que no se transforma en sufrimiento... duele el temor,
Ardor del miedo que siente mi alma demente,
Cuando te mira de frente y se pregunta si buscas su recuerdo en el alma de otra gente...
Ser fuerte de mente, nuestro amor no ha nacido de suerte,
Ahora inherte, volvimos a morir por querernos por siempre,
Y entre esta melancolía, en lo amargo de la noche y del día,
No nos quedará la alegría porque una vez más moriría,
Una vez más oscura se presentaría y a matar la realidad se atrevería,
Sin piedad... sin alevosía...¿con maldad???...
No sería capaz, el amor no muere aunque lo creas muerto de verdad,
Si fué verdadero resistirá, nos visitará en los sueños,
Vivirá en nuestras almas con empeño,
Por pequeño que sea su rinconcito en ellas,
Permanecerá intacto entre todas las estrellas...
Bella despedida cuando me desangran las heridas,
Nacen de mis ojos las lágrimas vencidas,
De volver a perecer, y si quiere el destino volver a renacer,
Como el fénix de sus cenizas,
En una materia nueva que nos tranquiliza,
Nos encontraremos donde las penas no alcanzan,
Donde empiece un todo con la esperanza,
Pero hasta entonces yaceré con las sombras y su amenaza,
Mis últimos alientos a la desesperanza,
Me falta el aire, la nube de ansiedad me alcanza,
Perdernos por separado en los avernos...
Da miedo incluso en los paraísos más eternos,
perdida estoy y estaré sin tenernos...
Llegó el día que nos separaría...
Llegó el día en el que otra vez había que morir y yo... moriría...
Te esperaré impaciente dentro de la eternidad y un día...