Ay de tu sombra
que de tanto en tanto la tarde la nombra,
la trae con la brisa,
la despeina la luna que en un cielo azul
se presenta a oscuras.
Me dueles , me laceras,
me lastimas por dentro,
me desangro, voy muriendo
y aunque quiera ocultarlo…
estoy sufriendo.
No sabes cuanto me dueles,
es el tormento,
de la ausencia en mi costado,
de tu abrazo,
de tu verbo.
El silencio es un cuchillo,
fina daga que me clavas,
con dos manos hechas viento
aspas de oscuro molino,
agoniza un sentimiento
Y la sangre que se escapa
lentamente,
gota a gota...
son mis versos.
...mueren como hojas olvidadas,
de un cuaderno amarillento.