Me he despertado, pero aún sigo dormida ,esto no es un sueño...es una pesadilla...
Puedo plasmar lo que en el rato que he dormido ahora me ha desvelado...
Si mi cuerpo yacía en la inmensidad oscura y fría... vestida de blanco, como bella durmiente,
Muerta en la eternidad esperando el día reincidente...
Inmóvil, de piel pálida pues el frío se apoderaba de mi cuerpo vacío, puesto que me había abandonado el alma,
Con mi melena oscura colgando hacia el suelo con hermosura, ella cuenta nuestras leyendas de locura,
Nunca pude cortarla y acabar con la tortura, mi amoratado cuerpo envuelto en ese vestido blanco finura,
Donde luce en la espesura, con el fondo de un mar que con furia rompe el silencio de esta noche oscura...
Un faro a lo lejos, única luz de la cordura, que luce en mi mente para no caer en la locura,
Dura, muy dura, una despedida sin luna, una herida como ninguna, es la que sangra la vida por apartar la fortuna,
Ángel de la sombra oportuna... te acercaste, silencioso como siempre me encontraste,
Me cautivó tu mirada, fueron minutos los que me empleaste, nacieron lágrimas tras el desastre,
Mis ojos no se abrían...
pero las lágrimas caían, mojaban la melodía mientras te ahogaban en la agonía,
De ver partir mi alma a esperarte en la lejanía en la hora exacta en que me besarías...
Dulcemente noté sobre mis labios secos y agrietados, como con un beso decides separarnos,
Un beso frío, dejando mojados mis labios por tus lágrimas,
Intenso y vacío, extenso e inmerso en la caricia dedicada al contorno de mi rostro,
Quisiste fundirte con un abrazo estrecho, sentí tu mano posarse en mi pecho,
Transmitiendo tus latidos para que supiera de que a tu mónada no había perdido,
Pero que después del beso mi ángel sería abatido sin receso, es la maldición de los convertidos,
Deterrados de la tierra en la que hemos vivido, destronados de la guerra por la que hemos sufrido,
Y ahora mi alma vaga en pena al saber que te has ido,
Esta es mi condena, páginas de oscuridad que envenenan mi realidad,
Porque mañana no estarás y tendré que esperar en la eternidad,
Con la variedad de siglos que me espera para volver a sentirte de alguna manera,
Porque una despedida así no le brindas a cualquiera, decidiste venir a despedirte de mí,
Así morir... dejar de existir, empezar de nuevo, volver a vivir, nunca desde cero porque te hago sentir...
Porque soy como el viento... enigma para tí, porque pude ser tu consuelo y hacerte feliz,
Dejarte por los suelos, como tu a mí, somos certeros, dos ángeles negros,
Destinados a encontrarnos...condenados a perdernos... fuimos desterrados hasta de los infiernos,
Pues amor tan grande no se ha dado ni en el cielo, ni en los avernos,
Es calificado como indestructible en los eternos,
Por habernos rozado la magia del embrujo nos fué otorgado,
Debajo de este diluvio en el que se ha transformado,
Dime mi ángel...esta vez cómo me has matado?...
Tuve la insensatez de alargar el sueño más de lo tratado,
Inconsciente me tiraste por uno de los acantilados...
Me devolviste a mi reino, un museo que ahora es un mausoleo,
Donde se podrá pedir cualquier deseo con solo entonar uno de mis fraseos,
Donde en lo más profundo yacen tus textos, tus fotos... nuestra conexión que pueden entender pocos,
Nuestra pasión y lo que toco, dos almas divididas, dos corazones rotos,
Lágrimas suicidas esparcidas por la orilla devolviste al mar lo que decidiste alejar,
Por no ser fuerte, por olvido y por suerte, despejaste un rincón de tu mente,
Dejaste todo lo que encontraste, partir otra vez sin equipaje, y yo no puedo dejar el mío...
Relata una historia, una leyenda, un cuenta cuentos de los que hemos vivido,
Me niego a que caigan en el olvido, me niego a deshacer letras con tanto sentido,
Te escribo desde la eternidad ... mi corazón no está vencido,
Luchará por libertad, en este despido,
Con la humildad que siempre ha tenido,
Con la variedad de sentimientos sentidos en esta despedida,
Hoy mi alma no muere, tampoco regresa a la vida...